domingo, 15 de mayo de 2011

Viviendo del recuerdo, amamantándome del recuerdo, el recuerdo me envuelve y al retornar a
la gran soledad de la adolescencia, padre y abuelo, padre de innumerables familias, rasguño
los rescoldos, y la ceniza helada agranda la desesperación en la que todos están muertos entre
muertos, y la más amada de las mujeres, retumba en la tumba de truenos y héroes labrada
con palancas universales o como bramando.
¿En qué bosques de fusiles nos esconderemos de aquestos pellejos ardiendo? porque es terrible
el seguirse a sí mismo cuando lo hicimos todo, lo quisim todo, lo pudimos todo y se nos quebraron las manos, las manos y los dientes mordiendo hierro con fuego.

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